viernes, 27 de mayo de 2011

Wallace Stevens y el brillo de la luna...

VII

Después de ver brillar la luna, decimos
que no necesitamos ningún paraíso,
que no necesitamos ningún himno seductor.

Es verdad. Esta noche las lilas acrecientan
la pasión fácil, el amor siempre listo
del enamorado que llevamos dentro y respiramos

un olor absoluto, que no evoca nada.
Nos encontramos en plena noche
el olor púrpura, la floración abundante.

El amante suspira por una dicha accesible,
que puede llevar en su respiración,
poseer en su corazón, ocultar e ignorar.

Porque la pasión fácil y el amor siempre listo
están en nuestra marca terrenal y aquí y ahora
y donde vivimos y en cualquier lugar que vivimos,

como en la alta nube de un anochecer de mayo,
como en el coraje del hombre ignorante
que repite siguiendo el libro, en la pasión del erudito que escribe

el libro, ardiendo de deseo de otra dicha accesible:
las fluctuaciones de la certeza, el cambio
de los grados de percepción en la oscuridad del erudito.

Wallace Stevens (Reading, Pennsylvania, 1879 - Hartford, Connecticut, 1955), "Transport to Summer", 1947, Collected Poetry & Prose, The Library of America, 1997
Version de Silvia Camerotto

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